Hoy vamos a tratar un tema bastante tabú entre los hombres, una situación que no solo resulta incómodo de decir sino que también puede afectar directamente a la autoestima de quien lo padece. Estamos hablando de la disfunción eréctil, también conocida por muchos como impotencia.
Antes que nada, definamos la disfunción eréctil: llamamos así a la incapacidad continuada de conseguir y mantener una erección suficiente para poder tener relaciones sexuales satisfactorias. Esto, afecta actualmente al 10% de los hombres, tratándose de un 30% entre los 40 y los 70 años. No es ninguna tontería pensar que padecerla es algo meramente estético, puesto que puede ser síntoma de padecer algo más grave como puede tratarse una enfermedad cardiovascular. ¿Por qué esta relación? Porque el pene necesita de sangre para llenarse, y si este no se llena, el problema puede venir del riego sanguíneo.
Pero, ¿cuáles son las causas?
La principal razón, mencionada anteriormente, es el daño en músculos, arterias, y problemas de riego de la sangre. Siendo más específico, podría tratarse de diabetes, párkinson o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Estas enfermedades se dan con mayor frecuencia en personas de avanzada edad, por lo que todo va ligado al mismo patrón. En este grupo, podemos destacar que los medicamentos tomados por causas cardiovasculares, también pueden afectar directamente en la aparición de la disfunción en el pene.
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Si bien hablamos de lo más común, también es necesario mencionar que el hecho de haberse sometido a ciertas operaciones quirúrgicas, involucrando partes del cuerpo como, la columna vertebral, la vejiga, o la pelvis; pueden ser grandes alicientes de promover una incapacidad en el miembro viril.
Pero no todo abarca problemas físicos, es importante darle importancia a otros aspectos como:
- La estabilidad mental de la persona afectada, es decir, que no padezca de enfermedades como ansiedad o estrés, es más, ocupan el 20% de los casos de disfunción eréctil.
- La dieta y alimentación de la persona en cuestión. Este factor es totalmente lógico, ya que el hábito alimenticio afecta directamente a la buena circulación y el bombeo de la sangre, necesaria para la erección.
- La constitución física. No nos referimos a una persona extramademente delgada porque no coma adecuadamente, sino a aquellos casos que por más que coma, no consigue ganar peso.
- El tamaño del pene. En temas de disfunción eréctil o impotencia, el tamaño si importa. Es algo razonable pensar esto, ya que un pene estándar no necesita de tanta sangre para llenarse como un pene más grande. Y en estos casos, recomendamos si o si, la buena alimentación para que no se den este tipo de inconvenientes.
Independientemente de las causas detrás del problema, es un tema que no debemos de pasar por alto, ya que, como mencionamos anteriormente, se puede tratar de algo más grave que lo puramente físico. Además, es reconfortante contarlo por el bien de la pareja, ya que no es algo que afecte a una sola persona.
Si crees que padeces de disfunción eréctil, ponte en contacto con nuestra clinica de urología en Madrid.